Qué grande eres Cathy.

Cuando en verano empecé a leer noticias sobre The Big C, una de las nuevas series que tenía entre manos Showtime, desde un principio pensé que me iba a gustar. Y no me equivoqué
El cáncer no es un tema que suela enfocarse como trama principal en las series (aunque ahí está Breaking Bad también) y además hacerlo con humor, sentimientos y vida (sí, vida) no es fácil. Cathy es una mujer que vive unas cuantas etapas en esta gran primera temporada.

A partir de aquí, la evolución de Cathy, si aún no has disfrutado de la serie no sigas leyendo...

Pasa de ser ama de casa remilgada, a querer vivirlo todo sin miedos (la parte en la que me gustó el personaje) para al final afrontar lo que se le viene y, sobre todo, lo que vivirá su familia en su futuro.
Porque lo da todo sin pedir nada. Esa escena final del hijo en el almacén es de las que te deja sin palabras, la reacción que ella tanto esperaba. No es fácil el camino que hay hasta la asimilación y por eso el personaje protagonizado por Laura Linney ha tenido una evolución tan grande en 13 capítulos.

Y qué decir de Marlene, la muerte inesperada que más me ha emocionado, ese adorable personaje que danza al son de la polka al final de la temporada no puede tener nada más que palabras positivas. El cariño que se le tiene a esta mujer en tan pocos episodios no es normal, quiero una vecina así.

Y es que The Big C no tiene solo una protagonista que te atrapa, goza de unos secundarios a los que se les aprecia aunque aparezcan en pocos capítulos como Andrea.

Quizás la serie no tenga unas tramas increíbles, pero te "toca la fibra" (vaya minutos finales de temporada...), te hace quererlos con todos los fallos que tienen y, sobre todo, te obliga a ponerte a los pies de Cathy.

ENORME.